A veces, no pocas, los editores recibimos buenas noticias. Hoy mismo hemos enviado a imprenta los archivos de la segunda reimpresión de Hijos y padres felices, de Alberto Soler y Concepción Roger, así que eso entra en la categoría de buenas y esperanzadoras noticias. ¡Gracias por la acogida!
Cuando publicamos el libro a finales de 2017 no cumplimos con la tradición de contar cómo fue el proceso de creación de la cubierta y, creedme, merece ser contado, porque dimos muchas vueltas hasta dar con el resultado final.
Pero no solo fue el diseño en sí, sino que, como veréis… No spoilers, mejor lo vamos descubriendo. Palomitas y ¡acción!
Como siempre, Rafael Ricoy, nuestro Faro de Alejandría diseñil, se puso manos a la obra y nos envío un par de propuestas en fase muy inicial (sí, hasta con marca de agua):
En el primer caso (izquierda y centro), esta foto de típica familia feliz con, además, tanto predominio del blanco nos echaba para atrás. En la propuesta de la derecha, tiene unos tonos más cálidos, pero nos daba la impresión de ocaso, más que de un momento en la vida que es el comienzo de muchas cosas. Tampoco ayudaba el esquema tradicional de padre-madre-hijo. Nada en contra, faltaría más, pero hoy en día hay mucha diversidad de familias.
Vamos con la segunda remesa de propuestas. Mejor dicho, antes, para que veáis que no nos guardamos casi nada, os presentamos la cubierta que ideó el propio Alberto:
Con esta cubierta tuvimos un problema que en principio es contradictorio, pero que a veces sucede. El proceso de diseño de la cubierta está viciado por el hecho de que tú sabes mucho sobre el libro en cuestión, pero quien entra en una librería o en una web y al primer golpe de vista se siente atraído o no por una cubierta, no sabe nada de esa obra. Hacer el ejercicio de ponerte en el lugar de ese posible comprador resulta difícil porque tu percepción está viciada.
Volvamos a la propuesta: la foto nos gustaba, pero creíamos que fallaba en ese primer golpe de vista (los niños de espaldas, suelo de piedras) y que no retendría al posible comprador. Obviamente, todo son conjeturas para las que no hay una sola respuesta válida, pero en este caso nos correspondía tomar las decisiones.
Legados a este punto, Rafa nos envió nuevas opciones:
La opción del pie, que es una foto con mucha ternura, tenía el problema de que, a la vez, era demasiado aséptica. Por su parte, la cubierta de la derecha nos parecía poco atractiva, no en cuanto a composición (aunque el hecho de que los nombres de los autores aparecieran tan arriba habría que haberlo arreglado llegado el caso), sino a las figuras silueteadas.
Llegamos a la ronda final:
Dos fotos con colorido, con alegría. Cualquiera de las dos nos podría haber valido, pero una vez más, había que elegir. Y ¿por qué elegimos la del centro y derecha? Muy sencillo, porque ponía a la niña en el centro. Al fin y al cabo este es un libro para padres, pero trata fundamentalmente sobre la crianza de los niños.
Algunos lectores nos han hecho llegar reproches en los que critican (¡no podemos decir que Alberto no nos lo advirtiera!) que la madre/cuidadora/responsable ayude a caminar a la niña. Para nosotros se trata simplemente del juego de una madre y su hija, que quiere ver la vida desde otra perspectiva.
Habréis notado que de pronto título y subtítulo han evolucionado. Una última vuelta de tuerca para llegar a la, ahora sí, definitiva (¡tachaaaaan!):
Esperamos que hayáis disfrutado con este proceso; en el fondo, a pesar de que lo sufrimos también lo disfrutamos. En breve, ¡más!
*imagen del post: swings, de halfrain, vía flickr.