Tras el parón por las fiestas (¿no os parece que las Navidades fueron como hace seis meses ya?) volvemos con la sección favorita de nuestros cotillas favoritos. Sí, amigos, estoy hablando de… vosotros. Esto de enteraros de los dimes y diretes del diseño, de las decisiones que tomamos, de cómo nos equivocamos, os pone, no podéis negarlo. Y lo mejor es que… ¡a nosotros también!
Hoy, a una semana vista de su fecha de publicación oficial, vamos a contaros todo (lo contable) sobre el diseño de la cubierta de «13 maneras de mirar a una gorda», la primera novela de Mona Awad (su autora, para más señas).
Antes de seguir adelante, pongámonos en situación. Para empezar, ojo a lo que dijo en su día el Washington Post sobre ella: «Ácida, tierna y repleta de humor negro, como el de Lena Dunham en Girls».
«13 maneras de mirar a una gorda» es una novela original, desenfadada e imprevisible sobre la infelicidad y sobre nuestro derecho ser felices en la que la gordura es el símbolo de las obligaciones que nos imponemos a nosotros mismos. Los que quieran leer las primeras páginas, pinchen en este enlace.
Y ahora, sí, vamos a ver cómo fue el proceso de diseño de esta cubierta. Dentro las dos primeras propuestas de nuestro ángel de la guarda del buen gusto y de la creatividad, Mr. Rafael Ricoy.
La verdad es que la propuesta de la izquierda nos parecía de una estética algo, digamos, anticuada y poco atractiva. Lo mismo nos ocurría con la de la derecha (las marcas de agua, esas grandes desconocidas). Lo cierto es que teníamos el dilema de meter el título en el espejo, pero era difícil con las fotos disponibles. Además, guardar la proporción entre la persona (humana) y el objeto, complicaba las cosas. Había que ir por otro camino.
En siguiente opción (izquierda) todo era demasiado cuadriculado: tipografías, marco, etc., le faltaba algo de vida. Y en estas que llegó Rafa con LA idea: introducir una mano, que le da el toque de vida justo y desbordar los límites del espejo con el título. Esa idea evolucionó ligeramente hasta convertirse en definitiva:
Llegado a este punto, la pregunta obligada… Espejito, espejito, ¿qué os parece esta cubierta?
Sea cual sea vuestra cubierta favorita, nos despedimos deseándoos, ¡felices lecturas!