Hoy volvemos con una de nuestras secciones por las que más nos preguntan: historia de una cubierta, donde te contamos el proceso de creación de una cubierta (la última que explicamos fue la de Trece pasos, del Premio Nobel Mo Yan).
El caso de hoy (El arte de amar la vida, de Ángela Vallvey) es muy especial porque cambiamos varias veces de idea, para al final volver a una de las primeras propuestas. Es curioso cómo a veces necesitamos que una imagen o una idea repose para poder valorarla de forma adecuada.
Como es habitual en él, Rafael Ricoy, nuestro diseñador, empezó con unas propuestas muy potentes.
Sobre estas dos primeras versiones le pedimos unos pequeños cambios. ¿Adivinas cuáles son?
Efectivamente, en el primer caso, el nombre de la autora (¡y qué autora!) había que destacarlo mucho más. En la cubierta de la derecha la víscera no nos convencía, pero el corazón con la flecha nos parecía manido. Había que pensar en alternativas…
Esta fue la propuesta, completamente distinta a lo anterior, que nos propuso Rafa Ricoy. En la cubierta de la derecha no se distingue fácilmente el título de la autora, así que nos mandó esta variante:
Sin embargo, seguíamos sin estar convencidos. Y lo siguiente fue una nueva revolución…
Finalmente había consenso dentro de la editorial, apostábamos por esta última versión, a la que Rafa quiso dar una última vuelta:
Te preguntarás: ¿por qué esta no es la cubierta del libro? Esto fue lo que pasó: prácticamente con el libro en la imprenta, le mostramos la cubierta a nuestro corrector de cabecera (y consejero espiritual), Vene Alhambra. Sin cortarse un pelo nos vino a decir que esa propuesta no le convencía en absoluto. Y nosotros, que estamos abiertos a críticas y sugerencias, decidimos replantearnos el diseño y revisar todos los pasos que nos habían conducido hasta esta cubierta. Y, curiosamente, sin mucho esfuerzo nos dimos cuenta de que una de las primeras opciones era la mejor:
¿Tú con cuál te quedarías?