Nuevo año, nueva entrega de «Historia de una cubierta«, una sección en la que exorcizamos nuestros demonios diseñiles y que nos sirve de terapia para ahuyentar nuestros fantasmas (o no). Como siempre, sus opiniones serán bienvenidas y apreciadas.
Es enero de 2016 y ¡vuelve Mo Yan! Así que no podemos retomar «Historia de una cubierta» con un invitado más ilustre. Vamos con las primeras propuestas de nuestro gurú de la estética, guardián de las esencias y teórico del 1+1, don Rafa Ricoy:
Dos propuestas de partida, encrucijada, había que elegir un camino. Y elegimos el menos amable, el menos bucólico, pero el que creíamos que podía ser más rompedor y llamar más la atención: el de la izquierda.
¿Qué cambios le pedimos a Rafa? Muy sencillo, si tenemos un autor Premio Nobel, debe tener la relevancia que se merece. Dicho de otro modo, no importa tanto en este caso el título de la novela, puesto que viene con el aval de un autor consagrado.
En esta variante ya se ven los elementos más ordenados. Sin embargo, la fuente del título no nos parecía apropiada. Y ese «literatura» había que ponerlo de caja alta. Veamos el resultado final:
Como siempre, encantados de leer vuestras opiniones y comentarios.
¡Felices lecturas!